martes, 28 de abril de 2009

CUANDO LLEGUEN LAS LLUVIAS


Cuando lleguen las lluvias, quizás él no esté conmigo.

Tremendo desacierto en el momento de aceptar criarle , aun siendo las circunstancias limitadoras de mi voluntad.

Hasta ese momento lo único que conocía de los perros- sí, perros- era el miedo que me producían y que mi mente los ligaba al cancerbero, de varias cabezas y que guardaba las puertas del infierno.

Ahora que el cachorro me acompaña he aprendido de ese pequeño animal más que un perro se instruye con cualquier humano.

Mi pena es que yo, que ya en esta época siempre espero el otoño, sé que cuando lleguen las lluvias, "mi " cachorro ya estará con sus dueños.

Inolvidable experiencia. Gracias pequeño "animalejo".

22 comentarios:

Anónimo dijo...

Siempre una vida tiene algo que mostrar, hermosa. Tal vez en la mirada de ese perro encuentres un adelanto de ese otoño que hoy esperas. Beso, queridísima.

Fer dijo...

pues no ha dicho casi nada ana..,.,., me quedo en segunda fila.

Un abrazo, Mme morgenrot.

Unknown dijo...

Los perros son mis animales preferidos. Mi madre tiene uno desde hace 18 años y es como un hermano más para mí y mis otros hermanos humanos.

Saludos.

Annette dijo...

de pequeña tuve un par de desafortunados encuentros con dos perros y me dan bastante miedo, aunque hace unos años quise tener uno para superarlo. mi padre, sensatamente me dijo que no, que un perro necesita su espacio y que una casa no era suficiente espacio y que nuestro ritmo de vida no nos permitía ocuparnos adecuadamente de él. es una gran responsabilidad que a menudo no somos capaces de ver. suerte que tú si. un saludo

Morgenrot dijo...

Querida Ana:

Cualquier vida tiene algo que mostrar, hasta una planta insignificante nos puede decir mucho.

En el caso de este cachorro, su mirada contiene enigmas que descifro cada día y le quedan infinitos misterios por desvelar.

Toda una aventura cada minuto.

Un beso con el alma

Morgenrot dijo...

¡ Hola querido Sallopilig !, alegría me da leerte de nuevo.

Te devuelvo el abrazo con doblete y espero pasarme pronto por tu casa a leer qué impresiones, siempre sensibles, nos dejas.

Un abrazo,

Morgenrot dijo...

Querido Literato,

Suerte la tuya, fíjate que para mí es todo un descubrimiento, pero
¡ qué hallazgo !. Con todo el tiempo que requiere al ser muy pequeño, aprende cada día y yo con él, sobre todo la nobleza que creía perdida , y casi la creo, en la generalidad de la especie humana.
Un fuerte abrazo

Morgenrot dijo...

¡ Hola Ane !, bienvenida de nuevo querida amiga.

Si te digo la verdad, no tengo una casa , sino un piso y puedo tenerlo aún porque es un cachorro y me lo dejan todo el día al tener sus dueños que trabajar con largas jornadas.

No obstante, la necesidad agudiza el ingenio y poco a poco le he ido acotando sus sitios dentro del hogar y él aprendiendo por donde puede y por donde no puede moverse.

Es algo nuevo para mí, que perderé en el momento que crezca y que me está ofreciendo lealtad y cariño,
¡ yo es que no me lo podía creer !

Recibe un fortísimo abrazo

Walter Leonardo Doti - (Filosofo Multimedia) dijo...

Vencer los miedos para disfrutar... ¡he ahí la moraleja!

daniel rico dijo...

Que interesante es esto. Yo vengo de una familia muy pobre, 7 generaciones de campesinos y obreros, los unicos animales que criamos son los que se pueden comer, poyos, conejos, bacas, cabras, etc. Nunca podria vivir con un animal dentro de mi casa y menos relacionarme a nivel sentimental, para mi seria como tomarle cariño a un kilo de papas.

Las mascotas son una de las muchas experiencias que no puedo disfrutar.

Muchos saludos.

Morgenrot dijo...

Sí , Walter, venciendo miedos, pero no por voluntad; y sí primero es para disfrutar, después será para añorar...

No hay nada perfecto.

Un fuerte abrazo

Morgenrot dijo...

Querido Daniel:

Interesante lo que tú apuntas. Es curioso, pero el otro día en una charla de amigos hablamos de este tema. La verdad es que yo no me lo plantaeba siquiera, pero alguien dijo que antiguamente, en España, no se podía permitir tener animales que no fueran para comer, y el concepto de animal de compañía no existía, pues no era rentable y sólo se tenía animales en tanto en cuanto servían para alimentarse.
Yo me quedé asombrada, pues siempre me he criado en ciudad y de campo, poco sé. Las circunstancias que tu reflejas me han hecho pensar mucho y aprender.

Te agradezco intensamente tu comentario, pues era tan necesario como deseable.

Un fuerte abrazo,

Sabemos lo que somos dijo...

El perro es el mejor amigo del hombre ¿ no ?...pues entonces solo te puede mostrar la verdad.

Un fuerte abrazo amiga

Rocío

Lázaro dijo...

En tono jocoso, te diré que los perros huelen el miedo. Esto se suele decir a los que muestran temor a los canes, lo cual, no sé yo, si les ayuda gran cosa o empeora la situación. Yo tengo un perro oficial y otro oficioso. El oficial me lo regalaron de cachorro, se llama Curro, y es un caniche blanco muy simpático. Tiene sus 12 años, pero aún anda como un chaval, aunque ya me agobia un poco su edad. Me ha dado y me da todo lo que un perro puede ofrecer. No es medible y ni concebible. Hay que tener uno para saberlo. El oficioso es el típico chucho desterrado de su casa de nacimiento, que anda todo el día callejeando, listo como el aire y muy, muy, cómo diríamos?, "preñador"?. Vive por y para ello. Eso le ha supuesto numerosos problemas, que, alguna vez, le han estado a punto de costar la vida. Pero es fiel a su sino. Kuki, que así se llama, duerme y come en mi casa, pero entra y sale cuando desea. A veces, nos acompaña a Curro y a mi en nuestros diarios paseos. A veces aparece repentinamente, como salido de la nada (ni sé los sustos que me ha deparado) a veces desaparece igual de repentinamente, como engullido por la nada. Es la libertad en estado puro; no conoce un collar ni vacuna ni veterinario alguno. Siemrpe ha samido lamerse sus propias heridas. Su nobleza no tiene límite. A mi hijo, que le hace perrerías a cientos, jamás le ha dado un gruñido. A mi curro, tampoco. Un pájaro que tuvimos, una vez se lo advertí y fue más que suficiente. Pero que no se le ponga un pastor alemán delante o un chiquillo latoso a tocarle las narices, porque con sus 12 kilitos, no pesará más, pone firme a cualquiera. Lleva viviendo así unos diez años. Sólo le ha atropellado un coche y estoy seguro que fue no fue un accidente. También sé que su final será trágico. O le matará algún perro, o algún vecino, harto de que le preñe a su perra o algún coche malintencionado. No le faltan enemigos: una vez volvió a casa con la cabeza literalmente abollada. Ya se le ha curado. Es el precio de su libertad, que yo, mientras pueda evitarlo, nada haré por mermar. Un beso.

Morgenrot dijo...

Pues sí, querida Rocío, pero hasta ahora no me he dado cuenta...nunca es tarde.

Un fuerte abrazo

Morgenrot dijo...

Querido Lázaro:

Eso de que huelen el miedo puedo asegurarlo en mi persona, pues voy por la calle y todos se vienes detrás de mí, y lo paso fatal.
Ahora que estoy " criando" a este cachorro que algún día será grande , es Bóxer, empiezo a sentirme de otra manera, espero que cuando lo pueda sacar a la calle antes de que los dueños se lo lleven , no me lleve un disgusto con otro perro.

Me ha encantado la historia que cuentas,tanto la de Curro como la del " perro libre ". Esta última me ha recordado a una antigua canción de Alberto Cortés sobre un perro vagabundo, que la escuchaba siendo muy pequeña y sistemáticamente me hacía llorar.

Espero que Curro te viva mucho y bien, y también larga vida para el " preñador" ( muy bueno )con finales felices.

Un abrazo

zocadiz dijo...

me paso lo mismo con un perrito que solo tuve por una semana!!!!
y odiaba a los perros.. menos a este perro!!!!!!
:-) disfrútalo mientras puedas!!!!

Epistolista dijo...

Hay un vínculo especial entre un perro y su dueño, especialmente si se le ha criado de cachorro. Ya puede ser feo, sucio o maleducado, nos parecerá siempre el mejor perro posible. Hay gente que se niega a tener otro perro tras sufrir el trágico trance de perder al compañero que ha compartido su vida muchos años.

Estoy muy de acuerdo: del contacto responsable con un animal aprendemos mucho más nosotros que él.

Un fuerte abrazo

Darth Tater dijo...

Querida Morgen,

Tiempo ha que no visitaba este espacio, ¡es que las bancarrotas y las pandemias me tienen ocupada! Por lo pronto déjeme decirle que a mí los perros por la calle me siguen cual flautista de Hamelin, hecho que me desagrada. Si tuviera mascota sería un felino supongo. ¡Y es que un cachorro canino es tan adictivo aún para los que somos poco amigos de los animales no humanos!
Un beso, pues. Desinfectado, eso sí.

Morgenrot dijo...

Querida Zoocadiz, ya poco puedo disfrutarlo, pues sus dueños se lo llevaron y la nostalgía me puede.

La vida es así, pero creo que me ha servido de ejemplo para el futuro, si es que el futuro existe.

Un fuerte beso, encantadora Zoocadiz

Morgenrot dijo...

Estimado Lupiáñez;

Ya le tomé cariño, ya lo cuidé y ya se lo llevaron. Me quedan sus recuerdos y la nobleza que muestran a los humanos.

Un abrazo

Morgenrot dijo...

Querida Darth:

Me has provocado la risa, pues yo atraía a todos los perros pero desde la distancia y de pequeña lo pasaba fatal, tenía un miedo atroz. Ahora, será que ya no les tengo ese pánico, que pasan de mí.

Un fuerte beso que viaja por el Océano.