viernes, 12 de febrero de 2010

TORTURA


SOBRE EL TORTURADO:

" Quien ha sido torturado lo sigue estando (...) . Quien ha sufrido el tormento no podrá ya encontrar lugar en el mundo, la maldición de la impotencia no se extingue jamás. La fe en la humanidad, tambaleante ya con la primera bofetada, demolida por la tortura luego, no se recupera jamás ".

Estas palabras pertenecen al filósofo austriaco Jean Améry, muerto por suicidio en Salzburg, 1978.

Una recurrente línea de pensamiento sobre este texto me ha acompañado durante meses. Lo dicho es cierto, cruelmente verdad, pero... ¿ dónde queda el perdón ?.- . En primeras lecturas el recordatorio a las Erinias o personificaciones griegas femeninas de la venganza nos traslada al campo propio del perdón como acto de amor al prójimo, como medida que uno emplea y que aplicarán con nosotros.
Sin embargo la conclusión a la que llego es que el texto de Améry se refiere únicamente a que el ultraje no tiene cura, que el daño una vez hecho , hecho queda y no se extingue más que con la muerte.

SOBRE EL TORTURADOR:

El hombre que...
recubierto de autoridad precaria,
ignorante de lo que cree cierto,
- de su esencia, que es de vidrio-, cual
una mona furiosa, hace tales
insulsas payasadas, bajo el cielo,
que hace llorar a los Ángeles ."

Palabras de Isabella en " Medida por Medida " de W. Schakespeare.
En el ser humano intoxicado de poder, aparece la dependencia de potestad y una necesidad cada vez mayor de mando, rechazándose la realidad , sumergiéndose en fantasías de onmipotencia, soberbia dogmática, necesidad de adulacion y desprecio absoluto a las leyes y en definitiva al resto de seres.

Y es que nos olvidamos de rezar a los Ángeles y los Ángeles se olvidaron de rezar por nosotros, parafraseando a L.Cohen.